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San Luis María Grignion de Montfort – 28 abril
28 abril, 2017

San Luis María Grignion de Montfort
Biografía
San Luis María Grignion de Montfort, también conocido como el Padre de Montfort, fue un sacerdote misionero, teólogo y escritor francés. Su papel teológico ha influenciado especialmente en el desarrollo de la doctrina mariológica contemporánea. Es el santo del día 28 de abril.
Luis María nació el 31 de enero de 1673 en Montfort-la-Cane, que es la hoy llamada Montfort-sur-Meu, cerca de Rennes, en la Bretaña francesa. Sus padres fueron Jean-Baptiste Grignion, un abogado que trabajaba en el tribunal de Montfort, y Jeanne Robert. Fue el segundo hijo de este matrimonio, pero llega a ser el hijo mayor debido a la muerte de su hermano a la edad de 4 meses. Fue bautizado al segundo día de nacido, con el nombre de Luis; su segundo nombre lo tomará ya adulto en honor a la Virgen María. A los pocos meses de nacido lo confiaron al cuidado de una nodriza, “la madre Andrea” que es probablemente la campesina que está al cuidado de todos los pequeños hijos de los Señores Grignon, “el chiquillo fue creciendo durante algunas estaciones, entre cosas sencillas y figuras de pobres, de unas residencias de campesino bretones, donde las paredes –amasadas de paja y barro arcilloso- hablan de un profundo vínculo con la tierra” Luego de 2 años y medio, la madre Andrea devuelve a Juan Bautista Gringon , un chico robusto, bronceado que balbuce las primeras palabras. Con una formación cristiana sólida hacen en Montfort que su fe sea “firme, sólida e inmutable”. Desde su infancia le agrada hablar de Dios, aprende pues a orar con una rectitud de intención que lo lleva a buscar para ello el silencio y el recogimiento. Se retira a un rinconcito de la ruidosa casa o se arrodilla, rosario en mano ante una imagen de Nuestra Señora. El despertar precoz del sentimiento religioso tiene su repercusión en sus hermanos especialmente el Guyonne Jeanne a quien llaman “Luisa” niña de tres o cuatro años quien escucha a Luis de manera atenta. La relación con su hermanita le hace salir de sí mismo, por ella el joven Luis busca palabras que la conquistarán: “Serás muy hermosa y todos te querrán, si amas a Jesucristo”. La amistad de estos dos será un capítulo importante de su infancia, la niña será dentro del círculo familiar la confidente predilecta. El corazón de Luis bulle con intensos sentimientos, y los padres en especial la madre, han podido percibirlo en algún gesto que pone de manifiesto la ternura del niño y el dolor que siente por el sufrimiento de los demás: Luis que no cuenta aún con cinco años se acerca a su madre sumida en llanto y trata de consolarla.
Su camino al sacerdocio
Entre los 16 y 18 años, San Luis tuvo una experiencia de Dios que marcó su vida para siempre. Ante este encuentro personal e íntimo con Dios, la vida de Luis cambió radicalmente. Se entregó totalmente a la oración y a la penitencia, encontrando su delicia tan solo en Dios. San Luis aprendió rápidamente que lo que verdaderamente valía no eran los grandes acontecimientos en este mundo: el dinero, la fama, etc. Sino que el verdadero valor ante Dios estaba en la transformación interior.
Escribe San Luis: «Esta es la forma en que actúan las almas predilectas. Se mantienen dentro de su casa …. o sea, mantienen sus mentes en las verdades espirituales (y no en las de la tierra). Se aplican a la oración mental, siguiendo el ejemplo de María, su madre, cuya mayor gloria durante su vida era su vida interior y quien amaba tanto la oración mental. Estas almas observan como tantos trabajan y gastan grandes energías e inteligencia para ganar éxitos y reconocimiento en la tierra. Por la luz del Espíritu Santo, saben que hay mas gloria y mas gozo, permaneciendo escondidos en Cristo y en perfecta sumisión a María, que en hacer grandes cosas o grandes milagros.»
En 1693, a los 20 años, sintió el llamado de consagrar su vida a Dios a través del Sacerdocio. La primera reacción de su padre no fue favorable, pero cuando su padre vio la determinación de su hijo, le dio su bendición. Y así, a finales de ese año, San Luis salió de su casa hacia París.
Obra
Siendo ya sacerdote ejerció con éxito como predicador en el oeste de Francia, zona muy azotada por la violencia de las guerras de religión y forzada al catolicismo tras la expulsión de los hugonotes. Fue nombrado Misionero Apostólico para Francia por el papa Clemente XI en 1705. Con anterioridad, en 1703, fundó junto con la beata Marie-Louise Trichet, la congregación femenina de las Hijas de la Sabiduría dedicada principalmente al servicio de los más pobres. Fundó también la Compañía de María, Congregación de sacerdotes misioneros popularmente conocidos hoy como los Padres Montfortianos. De ellos nació unos años más tarde la Congrégation enseignante des Frères du Saint-Esprit, posteriormente conocida como Hermanos de San Gabriel, religiosos dedicados a la educación. Las tres Congregaciones fundadas por San Luis María están hoy presentes en los cinco continentes.
Su obra literaria comprende varias obras mayores y numerosos cánticos populares de temática religiosa. Entre sus obras más importantes se encuentra «El Amor de la Sabiduría Eterna», obra que resume globalmente su espiritualidad (contemplación de Jesucristo como Sabiduría de Dios Eterna y Encarnada, importancia de la Virgen María en el misterio de la Encarnación y en la vida de los cristianos; centralidad de la Cruz en la vida bautismal…) y que tiene un arraigo profundo en la Escritura, especialmente en los libros Sapienciales. Su obra más conocida es el Tratado de la Verdadera Devoción a la Virgen, donde expresa la práctica de la Consagración a Jesucristo por medio de la Virgen María. Fue impreso en el siglo XIX, traducido a centenares de lenguas y conoce desde entonces una amplia difusión, sirviendo de inspiración para otras comunidades cristianas. Otras obras escritas por San Luis son «El Secreto de María» y la «Carta a los amigos de la cruz».
Muerte
San Luis María Grignion de Montfort murió en Saint Laurent sur Sevre el 28 de Abril de 1716, a la edad de 43 años.
Canonización
San Luis María Grignion de Montfort fue beatificado en el año 1888, y en 1947 fue canonizado por Pío XII.
San Juan Pablo II se reconoció seguidor de San Luis María Grignon de Montfort al adoptar como lema episcopal Totus tuus, fórmula de consagración a María del fundador francés y uno de sus lemas marianos.