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San Juan de Matera – 20 junio
20 junio, 2017

San Juan de Matera
Biografía
San Juan de Matera, nació en el año 1070 en Matera, Italia, como Giovanni Scalcione de una rica y noble familia. Desde joven animado por un extraordinario espíritu de piedad, abandonó la casa paternal y se dirigió a Tarento donde pidió hospitalidad y trabajo con los monjes basiliani de la isla de San Pietro, donde se le fue confiado la custodia de las ovejas.
Cuando dejó los bienes materiales en su casa, intercambió sus lujosos vestidos con los de un pobre, el mismo gesto de San Francisco. Juan fue muy probado con el trabajo y cuando estuvo a punto de ceder, oyó una voz interior «Dios esta contigo» que lo reanimó. Un día inspirado por la gracia de Dios viajó hacia Calabria, dónde hizo una vida de soledad y mortificación, de allí pasó a la isla de Sicilia, estando por dos años y para continuar su vida de penitente.
Poco tiempo después, inspirado por un llamado divino, regresó a al continente y se quedó en Ginosa. Durante dos años y medio estuvo sin pronunciar una sola palabra y sin revelar su presencia a sus padres que, como consecuencia de las guerras, se habían refugiado en las vecindades de Ginosa.
Por aquel entonces tuvo una visión de san Pedro, quien le pidió que reconstruyese una iglesia arruinada que llevaba su nombre y se encontraba a unos 3 kilómetros de la ciudad, algo que cumplió. Pero luego se le acusó de haber descubierto un tesoro oculto en la vieja iglesia y de haberse apropiado de él. Los acusadores lo llevaron ante el gobernador de la provincia, y lo mandaron a la cárcel.
A poco de estar en la prisión, escapó en una forma que nadie podía explicarse, por lo que se dijo que había sido liberado por un ángel. Llegó hasta Cápua y tuvo que seguir su camino, porque los pobladores no le permitieron quedarse. Una noche, oyó de nuevo la voz interior que le instaba a regresar a su comarca natal y así lo hizo.
De nuevo en la Basilicata, consiguió ingresar en la comunidad religiosa de San Guillermo de Vercelli, en Monte Laceno. Ahí permaneció Juan hasta que un incendio destruyó las viviendas de los monjes; la mayoría se trasladó a la abadía de Monte Cagno, pero Juan se fue a Bari, donde comenzó a predicar con maravillosos resultados.
Su éxito fue tan grande, que suscitó la envidia y, de nuevo, sus enemigos trataron de combatirlo con acusaciones falsas, como de hereje. Sin embargo, se defendió brillantemente en los tribunales y, a fin de cuentas, salió libre de culpa y cargo entre las aclamaciones triunfales del pueblo.
Después regresó a Ginosa, predicó una misión que rindió abundantes frutos. Sus constantes viajes estaban a punto de terminar: siempre dirigido por la misteriosa voz interior, se encaminó al Monte Gargano y, en Pulsano, a poco más de 10 kilómetros del sitio bendecido por la aparición de san Miguel Arcángel, se dedicó a construir un monasterio.
Desde todas partes acudieron los discípulos a ayudarle y, una vez terminado el edificio, albergó a sesenta monjes que tuvieron por superior a Juan hasta su muerte.
San Juan de Matera es el santo del día 20 de junio de 1139. Posteriormente, otras casas de religión se afiliaron a la suya y, en una época, la congregación de Monte Pulsano formó parte de la gran familia Benedictina; pero desde hace mucho tiempo desapareció.