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San Bernardo de Claraval
20 agosto, 2016

San Bernardo de Claraval
Biografía
Nace en Borgoña, Francia (cerca de Suiza) en el año 1090. Sus padres tuvieron siete hijos y a todos los formaron estrictamente haciéndoles aprender el latín, la literatura y, muy bien aprendida, la religión.
A los 22 años se hace monje. A los 25 años lo mandaron a fundar un monasterio en Clairvaux, en un campo deshabitado, que se vuelve la Clara Vallis de él y los monjes. Era muy reservado y algo tímido. Pero con carácter.
A sus monjes les pedía menos lectura pero más trabajo. Hizo grandes misiones como viajar por todo Europa para aclarar y hacer conocer al papa Inocencio II quien era insidiado por el anti papa Anacleto II. Aportó mucho para terminar aquel cisma.
En el 1145, se nombró pontífice al papa Eugenio III, quien fue discípulo de Bernardo. El santo lo aconsejó a que no se haga esperanzas vanas en quienes tiene alrededor. Especialmente para que no se deje engañar.
Cuando San Bernardo de Claraval llegaba a una ciudad, las calles se llenaban de gente. Pero cuando volvía al monasterio, obediente a la regla como todos, se dedicaba a rezar, ayunar y a trabajar. Tuvo una gran influencia en el desarrollo de la devoción a la Virgen María.
Murió el 20 de agosto del año 1153 por un tumor en el estómago. Fue sepulto en la Iglesia del monasterio. Después de la revolución francesa sus restos desaparecieron, excepto su cabeza que esta ahora en la catedral de Troyes.
El papa Alejandro III lo proclama santo en el 1174. En el 1830, el papa Pío VIII le da el título de Doctor de la Iglesia.
San Bernardo de Claraval es el santo del día 20 de agosto.
En la Divina Comedia, Bernardo de Claraval aparece situado en el Paraíso desde el Canto XXXI, sustituyendo a Beatriz. En virtud de su espíritu contemplativo y de su devoción a María, es Bernardo quien guía al Dante durante la última parte de su viaje: muestra al poeta la cándida rosa dei beati —la rosa paradisíaca sede de todos los bienaventurados, Canto XXXII— y lo invita a volver a María su mirada como el rostro que más se asemeja a Cristo.