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San Agustín
28 agosto, 2016

San Agustín
Biografía
San Agustín de Hipona es un doctor de la Iglesia católica, considerado por muchos como uno de los más grandes genios de la humanidad. Su madre fue Santa Mónica. Es el santo del día 28 de agosto.
Agustín nació el 13 de noviembre del 354 en Tagaste, al norte de Africa. Su padre, Patricio, era un pagano de temperamento violento, y su madre en cambio, Mónica, es santa.
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Mónica le enseñó a su hijo los principios básicos de la religión cristiana y al ver cómo el joven Agustín se separaba del camino del cristianismo se entregó a la oración constante en medio de un gran sufrimiento.
Años más tarde Agustín se llamará a sí mismo «el hijo de las lágrimas de su madre». En Tagaste, Agustín comenzó sus estudios básicos, posteriormente su padre le envía a Madaura a realizar estudios de gramática.
En su juventud se dejó arrastrar por los malos ejemplos. San Agustín se destacó en el estudio de las letras. Sus primeros triunfos tuvieron como escenario Madaura y Cartago, donde se especializó en gramática y retórica.
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Durante sus años de estudiante de filosofía en Cartago desarrolló una irresistible atracción hacia el teatro, mostró su genio retórico y sobresalió en concursos poéticos y certámenes públicos. Le gustaba recibir halagos y fama.
Durante esta época el joven Agustín conoció a una mujer con la que mantuvo una relación estable de catorce años y con la cual tuvo un hijo: Adeodato.
Hasta los 32 años, llevó una vida aferrado a la herejía maniquea. Durante esta época el joven Agustín conoció a una mujer con la que mantuvo una relación estable de catorce años y con la cual tuvo un hijo: Adeodato.
Partió hacia Roma, la capital del imperio romano, en el año 383, partir para Roma. Su madre quiso acompañarle, pero Agustín la engañó y la dejó en tierra, sin embargo esta tomó el próximo barco.
Luego fue nombrado orador imperial en Milán. Era el rival en oratoria del obispo San Ambrosio de Milán, figura que después hizo a Agustín conocer los escritos de Plotino y las epístolas de San Pablo. Por medio de estos escritos se empezó a convertir al cristianismo.
Pero la verdadera conversión sucedió así: un día, escuchó una voz, como la de un niño, que le decía: Tolle et legge (toma y lee). Pero, al darse cuenta que estaba completamente solo, le pareció inspiración del cielo y una exhortación divina a leer las Santas Escrituras. Abrió y leyó el primer pasaje que apareció al azar: «…no deis vuestros miembros, como armas de iniquidad al pecado, sino ofreceos más bien a Dios como quienes, muertos, han vuelto a la vida, y dad vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no tendrá ya dominio sobre vosotros, pues que no estaís bajo la Ley, sino bajo la gracia» (Rom 13, 13-14) . Al llegar al final de esta frase se desvanecieron todas las sombras de duda.
El 24 de abril de 387, a los treinta y tres años de edad, fue bautizado en Milán por el santo obispo Ambrosio. Ya bautizado, regresó a África, pero antes de embarcarse, su madre Santa Mónica murió en Ostia, el puerto cerca de Roma
Cuando llegó a Tagaste, Agustín vendió todos sus bienes y el producto de la venta lo repartió entre los pobres. Se retiró con unos compañeros a vivir en una pequeña propiedad para hacer allí vida monacal. Años después esta experiencia fue la inspiración para su famosa Regla. A pesar de su búsqueda de la soledad y el aislamiento, la fama de Agustín se extendió por todo el país.
En 391 viajó a Hipona para buscar a un posible candidato a la vida monástica, pero durante una celebración litúrgica fue elegido por la comunidad para que fuese ordenado sacerdote, a causa de las necesidades del obispo Valerio de Hipona. Agustín aceptó con mucha humildad.
A raíz del saqueo de Roma por Alarico, el año 410, los paganos renovaron sus ataques contra el cristianismo, atribuyéndole todas las calamidades del Imperio. Para responder a esos ataques, San Agustín escribió su gran obra «La Ciudad de Dios». Esta obra, es después de «Las Confesiones», la obra más conocida del santo. Ella es no sólo una respuesta a los paganos, sino trata toda una filosofía de la historia providencial del mundo. Luego de «Las Confesiones» escribió también «Las Retractaciones», donde expuso con la misma sinceridad los errores que había cometido en sus juicios.
San Agustín murió el 28 de agosto de 430, a los 72 años de edad, de los cuales había pasado casi 40 consagrado al servicio de Dios. Es el santo del día 28 de agosto.