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Beato Jordán de Sajonia
13 febrero, 2017

Beato Jordán de Sajonia
Presbítero dominico sucesor de Santo Domingo de Guzmán
Biografía
El beato Beato Jordán de Sajonia nació en Dassel, Alemania en el año 1176 en en el castillo de Borgberge, de la región alemana de Westfalia.
En el año 1210 es enviado a la importante Universidad de París donde estudió matemáticas, literatura, filosofía, derecho canónico, sagrada escritura y teología. En el 1219 conoce en esa universidad a Santo Domingo de Guzmán, que le envió a Fray Reginaldo, un hombre de toda su confianza a que le propusiera hacerse religioso dominico, y este aceptó. El Miércoles de Ceniza del año 1220 entró a la Comunidad de Santo Domingo, osea la Orden de los Predicadores.
El beato Jordán, fue nombrado superior Provincial de la región de Lombardia, Italia. Cuando murió Santo Domingo de Guzmán, en 1222, los delegados de toda su Orden religiosa lo eligen como Superior General y reemplazo del fundador a los 33 años de edad. Y en este cargo dura 15 años, hasta su muerte, causada por una furiosa tempestad, que lo hace naufragar, junto a otros dominicos, y así muriendo ahogado en las costas sirias el 13 de febrero de el año 1237.
Las olas llevaron a las orillas del mar el cadáver del Padre Jordán y sus religiosos lo sepultaron con toda solemnidad. Después las gentes empezaron a conseguir milagros por su intercesión, y el Papa León Doce lo declaró Beato.
Santo Domingo tiene el honor de haber sido el fundador de la Comunidad de Padres Dominicos, pero Jordán de Sajonia fue el gran propagador de esta comunidad. Basta con recordar que durante su mandato se fundaron 249 Casas de Congregación y se hicieron seis nuevas provincias de religiosos.
Uno de los antiguos biógrafos, compañero suyo, dice: «Las casas religiosas donde habitaba el Padre Jordán parecían colmenas, por los muchos jóvenes que entraban a hacerse religiosos, y por los muchos que de allí salían para ser superiores de otras casas religiosas. Por eso él al llegar a un convento mandaba hacer muchos hábitos religiosos, teniendo confianza en que Dios le enviaría muy numerosas vocaciones, y así le sucedía en todas partes».