Oración para pedir una limpieza de corazón

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Plegaria para purificar el Corazón

Oración para limpiar el Corazón:

Plegaria de introducción:

Señor, tantas cosas me faltan, tantas cosas sufro, me cuesta tanto ver la profundidad de tu amor, la inmensidad de tus dones, dejarme tocar por la luz infinita de Cristo que ha venido al mundo por Mí, porque me ama y quiere salvarme.

Oración:

Señor y Dios mío, te pido por la gracia del Espíritu Santo que fortalezcas mi alma, para poder purificarla en tus caminos de amor.

Dios mío, ayúdame a purificarme, manda tu Espíritu a quitar todo deseo y preocupación inútil de mi corazón.

Apártame Señor mío de tantos deseos por las cosas transitorias y pasajeras, ayúdame a ver todo en este mundo como hojas secas sueltas al viento, y a mí mismo como alguien que está de paso y que no descansará sino cuando vuelva a Ti.

Recuérdame Padre, que sin tí en este mundo todo es vanidad y aflicción de espíritu. Sólo en Tí hay sabiduría verdadera, sólo el humilde llega a tu Paz.

Señor, dame la sabiduría celestial, para que aprenda a buscarte y hallarte sobre todas las cosas, gustarte y amarte sobre todo, y entender todo lo creado como es, según el orden de tu sabiduría eterna e infinita.

Otórgame, Señor, prudencia para alejarme de los que se acercan a mí con palabras dulces y vacías, y para sufrir con paciencia a los que se oponen a mí.

Dame siempre tu apoyo para que yo no me mueva con cada viento de palabras, ni busque llevar mi oreja a los cantos de sirena, que halagan para engañar: que yo no quiera agradar a los hombres sino a Tí, mí Dios y mi Señor.

Conclusión:

Señor dame tu Gracia infinita, de preparar día a día mi corazón, para que nazca en él, el niño Dios; para que este sea siempre mi mayor deseo, tanto para mí como para mis seres queridos. Para andar así seguros por el camino de la salvación..

  • Adaptación libre de extractos del libro «La imitación de Cristo» de Tomás de Kempis.

El CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA Y LA PUREZA DEL CORAZÓN:

I. La purificación del corazón

2517 El corazón es la sede de la personalidad moral: “de dentro del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones” (Mt 15, 19).

La lucha contra la concupiscencia de la carne pasa por la purificación del corazón:

«Mantente en la simplicidad y en la inocencia, y serás como losniños pequeños que ignoran la perversidad que destruye la vida de los hombres»

2518 La sexta bienaventuranza proclama:

«Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios» (Mt 5,8).

…Existe un vínculo entre la pureza del corazón, la del cuerpo y la de la fe:

Los fieles deben creer los artículos del Símbolo “para que,creyendo, obedezcan a Dios; obedeciéndole, vivan bien; viviendo bien,purifiquen su corazón; y purificando su corazón, comprendan lo que creen” (SanAgustín, De fide et Symbolo, 10, 25).

2519 A los “limpios de corazón” se les promete que verán a Dios cara a cara y que serán semejantes a Él (cf 1 Co 13, 12, 1 Jn 3, 2).

La pureza de corazón es el preámbulo de la visión.

Ya desde ahora esta pureza nos concede ver según Dios, recibir al otro como un “prójimo”; nos permite considerar el cuerpo humano, el nuestro y el del prójimo, como un templo del Espíritu Santo, una manifestación de la belleza divina.

II. El combate por la pureza

2520 El Bautismo confiere al que lo recibe la gracia de la purificación de todos los pecados. Pero el bautizado debe seguir luchando contra la concupiscencia de la carne y los apetitos desordenados. Con la gracia de Dios lo consigue

— mediante la virtud y el don de la castidad, pues la castidad permite amar con un corazón recto e indiviso;

— mediante la pureza de intención, que consiste en buscar el fin verdadero del hombre: con una mirada limpia el bautizado se afana por encontrar y realizar en todo la voluntad de Dios (cf Rm 12, 2; Col 1, 10);

— mediante la pureza de la mirada exterior e interior; mediante la disciplina de los sentidos y la imaginación; mediante el rechazo de toda complacencia en los pensamientos impuros que inclinan a apartarse del camino de los mandamientos divinos: “la vista despierta la pasión de los insensatos” (Sb 15, 5);

— mediante la oración:

«Creía que la continencia dependía de mis propias fuerzas, las cuales no sentía en mí; siendo tan necio que no entendía lo que estaba escrito: […] que nadie puede ser continente, si tú no se lo das.

Y cierto que tú me lo dieras, si con interior gemido llamase a tus oídos, y con fe sólida arrojase en ti mi cuidado» (San Agustín, Confessiones, 6, 11, 20).

… 2525 … La pureza de corazón libera del erotismo difuso y aparta de los espectáculos que favorecen el exhibicionismo y las imágenes indecorosas.

2526 Lo que se llama permisividad de las costumbres se basa en una concepción errónea de la libertad humana; para llegar a su madurez, esta necesita dejarse educar previamente por la ley moral…

2527 “La buena nueva de Cristo renueva continuamente la vida y la cultura del hombre caído; combate y elimina los errores y males que brotan de la seducción, siempre amenazadora, del pecado.

2 Comentarios

    • Estimado hermano Harry, le pedimos entre por Google a la página santavirgenmaria.com porque para mandar mail se necesita una aprobación de ley de la comunidad Europea que nos impide mandar e-mail.
      Bendiciones

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