CORONA DE LAS LAGRIMAS DE NUESTRA SEÑORA

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El 8 de Noviembre de 1929 la hermana Amalia de Jesús Flagelado, misionera del Divino Crucifijo, se arrodilló bajando la cabeza, extendiendo los brazos hacia Jesús en el tabernáculo. Después de sus súplicas Jesús le responde:

Si quieres recibir estos favores, debes pedirlos por intercesión de las lágrimas de mi Madre.

ORIGEN DE LA CORONA DE LAS LAGRIMAS

Después de la primera guerra mundial, la hermana Amalia de Jesús Crucificado de Campinas, Brasil, alma generosa y dispuesta al sacrificio, fue privilegiada en soportar las estigmas de Jesús.

Un día de 1929, un pariente se presenta al convento de Amalia porque tenía una necesidad muy grande. Su esposa estaba seriamente enferma, y estaba muy angustiado. Le contó que la enfermedad era incurable. Pedirle a Amalia oraciones por su esposa era su última esperanza. Lleno de dolor y con la lágrima en los ojos, llora desesperadamente y dice: qué sucederá con los niños?

El corazón de Amalia se dolió al ver su gran dolor y la condujo inmediatamente a desear ayudarlo en todas las maneras posibles, así fue que rezó a Dios internamente.

Sintió un impulso muy grande por ir a rezar frente al Santísimo sacramento. Es cuando al arrodillarse escuchó las palabras de Jesús en su corazón.

Ella dijo a Jesús: Si no hay esperanza para esta mujer enferma, yo estoy dispuesta a ofrecer mi vida por esta madre de familia. Que cosa quieres que haga?

Jesús responde: Si quieres recibir este favor, debes pedirme por intercesión de las lágrimas de mi Madre.

Hija Mía, lo que los hombres Me pidan por las Lágrimas de Mi Madre, Yo amorosamente concedo, Más tarde, Mi Madre entregará este Tesoro para nuestro querido Instituto, como una señal de Su Misericordia.”

El 8 de Marzo de 1930, la Hermana Amalia tuvo una Aparición de Nuestra Señora, que se presentó con una túnica violeta, un manto azul y un velo blanco que cubría Su pecho y hombros.

Se deslizó en dirección a la Hermana, sosteniendo en Sus Manos un Rosario blanco brillante, que le entregó diciendo:

Este es el Rosario de Mis Lágrimas, que fue prometido por Mi Hijo a nuestro querido Instituto como parte de su legado.

ÉL también ya le dio las Oraciones.

Mi Hijo Me quiere honrar especialmente con esas invocaciones, más allá de eso, ÉL concederá todos los favores que fuesen pedidos por los merecimientos de Mis Lágrimas.

Este Rosario alcanzará la Conversión de muchos pecadores, especialmente de los poseídos por el demonio.

Una Gracia Especial está reservada para el Instituto de Jesús Crucificado, principalmente la Conversión de varios miembros de una parte distante de la Iglesia.

Por medio de este Rosario el demonio será derrotado y el poder del infierno destruido.

Ármense para la Gran Batalla.”

El Rosario de las Lágrimas tiene 49 pequeñas cuentas blancas divididas en 7 partes. Es semejante al Rosario de los Siete Dolores de María y tiene, en el lugar de la Cruz, la Medalla de Nuestra Señora de las Lágrimas.

Oración Inicial:

Estamos aquí a tus pies, oh dulcísimo Jesús Crucificado, para ofrecerte las Lágrimas de Aquella que, con tanto amor, te acompañó en el camino Dolorosos del Calvario. Haz, Oh Buen Maestro, que sepamos aprovechar la lección que ellas nos dan para que realizando Tu santísima voluntad en la Tierra, podamos un día, en el Cielo, alabarte y glorificarte  por toda la eternidad.

Amén

EN LAS CUENTAS DEL PADRE NUESTROS REZAR:

Mira, Oh Jesús, que son las lágrimas de Aquella que más te amó en la Tierra…Y que más te aman los Cielos.

EN LAS CUENTAS DEL AVE MARIA REZAR:

Jesús mío, oye nuestros ruegos. Por las Lágrimas de Tu Madre santísima.

AL FINAL DE LA CORONA REZAR:

Mira, Oh Jesús, que son las lágrimas de Aquella que más te amó en la Tierra…Y que más te ama en el Cielo.(Repetir 3 veces).

ORACION FINAL:

Virgen Santísima y Madre de los Dolores, nosotros te pedimos que unas a tus pedidos los nuestros, a fin de que Jesús, tu Divino Hijo, a quien nos dirigimos, en nombre de tus Lágrimas de Madre, oiga nuestras suplicas y nos conceda, con las Gracias que deseamos, la Corona Eterna.

Amén

JACULATORIAS:

¡Corazón de Jesús Crucificado, Fuente de Amor y de Perdón, por Tu Mansedumbre Divina renueva la faz de la Tierra y Reina en nuestros corazones!

¡Oh Virgen Dolorosísima, que tus Lágrimas derrumben el imperio infernal!

MEDITAR LOS SIETE DOLORES DE LA VIRGEN MARIA

María Santísima:

Medita muchas veces en Mis Siete Dolores para consolar Mi Corazón y crecerás mucho en la virtud. Oh alma que padeces, ven cerca de Mi Corazón y aprende Conmigo. ¡Es junto a Mi Corazón traspasado de Dolor que encontraráis consolación! Madres afligidas, esposas amargadas, jóvenes desorientados, meditando en Mis Sufrimientos tendrán Fuerza para atravesar todas las dificultades. Que Mis Dolores conmuevan sus corazones, impulsándolos hacia la práctica del bien.
1º. Dolor – La Presentación de Mi Hijo en el Templo
2º. Dolor – La Huída a Egipto
3º. Dolor – Pérdida del Niño Jesús
4º. Dolor – Doloroso encuentro en el Camino del Calvario
5º. Dolor – A los pies de la Cruz
6º. Dolor – Una lanza atraviesa el Corazón de Jesús
7º. Dolor – Jesús es sepultado

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