Quien se humilla será ensalzado
Poco importa saber quien está contigo o contra ti; debes tener más bien cuidado de que Dios esté contigo en todos tus pensamientos y acciones.
Guarda la conciencia pura y Dios te defenderá. Si sabes callarte y sufrir, recibirás la ayuda de Dios. El conoce el tiempo y la manera de librarte; abandónate pues en Él. Es Él quien te ayuda y te libera de toda confusión.
A menudo es útil, para mantenernos en una mayor humildad, que los otros conozcan nuestros defectos y que nos los reprochen.
Cuando un hombre reconoce humildemente sus defectos, desarma fácilmente a sus enemigos y gana sin pena a los que se la querían producir.
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Dios protege al hombre de corazón humilde: le ama y le reconforta, se inclina hacia él, le colma de su gracia y le hace en fin participar de su gloria. Es a él que le revela sus secretos; le invita y le atrae con suavidad.
Las ofensas no turban la paz del hombre humilde, porque se apoya en Dios y no en seres mortales. No te imagines haber hecho algún progreso si te crees aún superior a tu prójimo.
Tomás de Kempis – Imitación de Cristo: Dios protege al hombre de corazón humilde.
Pidamos al Señor la gracia de ser humildes de corazón, de ser conscientes de que no somos nada y que sin El nada podemos.
Que Así sea.
#EvangeliodelDia #27febrero Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros…https://t.co/BU36XEa5Ba
— Santa Virgen María (@santavirgenSVM) February 26, 2018