Comentario del Evangelio, San Marcos 1, 14-20 CATOLICO

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«El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia».

Gran miseria es vivir en pecado pero peor es morir en él, por eso debemos recurrir a la gracia de Dios para evitarlo. Muchos confían que a último momento harán penitencia y se salvarán, esto es engaño del demonio.

Cuando más dilatamos la conversión y rechazamos las gracias el Señor se va apartando de nosotros y nos ponemos en mayor peligro de no convertirnos nunca más.

Esto porque perdemos de vista los bienes del cielo y pensamos hallar la felicidad en las cosas creadas. Si vivimos ciegos así moriremos. Un solo pecado mortal es suficiente para caer en el infierno si no es confesado adecuadamente, por eso el Sr. nos alerta respecto al día de su llegada.

-“… si un dueño de casa supiera a qué hora de la noche lo va a asaltar un ladrón, seguramente permanecería despierto para impedir el asalto a su casa.“( Mateo 24,43)

– “pues saben perfectamente que el día del Señor llega como un ladrón en plena noche.”(1°Tesalonicenses 5,2)

-“Pero ustedes, hermanos, no andan en tinieblas, de modo que ese día no los sorprenderá como hace el ladrón.“( 1° Tesalonicenses 5,4)

-“Recuerda lo que recibiste y oíste, ponlo en práctica y arrepiéntete. Porque si no te mantienes despierto vendré como un ladrón, sin que sepas a qué hora te sorprenderé.”(Apocalipsis 3,3)

-“Miren que vengo como un ladrón. Feliz el que se mantiene despierto y no se quita la ropa, porque así no tendrá que andar desnudo y no se verán sus vergüenzas“( Apocalipsis 16,15)

Leer los evangelios nos ayuda, tanto en las parábolas, oráculos y demás ejemplos en los que se nos advierte que o no podremos convertirnos o no querremos hacerlo si dejamos para hacerlo a último momento.

Nuestro Señor Jesucristo nos llama a vigilar continuamente ya que el enemigo trabaja continuamente para nuestra perdición.

Nuestro Señor Jesucristo con severidad advierte a los pecadores que tienen que aceptar las gracias en el tiempo en que se nos ofrecen, porque sino después nos rechazará aunque insistamos.

Podemos ver a un pecador con mil proyectos y con mucha salud y sin embargo muere de repente sin haber hecho lo que Dios nos pidió y nos enseño, y cuál será su destino? Por ej. En la Parábola del rico tonto de Lucas 12, 16-21.

También nos enseña que quien vive en pecado muy probablemente muera en pecado salvo milagro de la gracia. Así leemos en Mateo 7,21 “No son los que me dicen: “Señor, Señor”, los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.22

Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos milagros en tu Nombre?”.23 Entonces yo les manifestaré: “Jamás los conocí; apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal“.

Pobre alma del que vive tranquilo en el pecado. Porque vender el alma y a Dios solo por un placer instantáneo o por odiar o por un vicio o por acumular bienes que no podemos llevar con nosotros después de la muerte. Por eso muchos querrán reparar sus faltas pero no tendrán oportunidad, y así a cuantos pecadores la muerte los lleva tan rápidamente que no pueden ni siquiera llorar sus pecados.

Cuantos imitan a Antíoco (2° Macabeos 9) y lloran e imploran misericordia pero no se atiende a las mismas. El problema es pensar que hay tiempo para convertirnos.

Muchos se pueden haber arrepentido pero convertirse es otra cosa. Llamar a un sacerdote por temer el mal que viene no implica convertirse, JUDAS se arrepintió y devolvió el dinero y sin embargo se colgó y se considera tradicionalmente que está en el infierno.

El perdón solo podemos lograrlo de Dios. Por eso no podemos pretender multiplicar estos pecados y tener esperanza de salvarnos o tener mayores fuerzas para terminar con el pecado. Hay que recurrir siempre a la CONFESIÓN.

Queremos dejar el pecado antes de morir pero convertirnos en esos momentos es bastante difícil ya que Dios no escuchara mentiras de quien muchísimas veces tuvo oportunidad de arrepentirse y reparar el daño causado y no lo hizo.

Por eso no podemos vivir en pecado despreciando el tiempo si vivimos sirviendo a los demonios.

Se le podría preguntar si el moribundo quiere confesarse y diría que sí, pero después de vivir en pecado al momento de la muerte tal vez no le alcanza el tiempo para reparar el daño causado.

No podemos dilatar la confesión. Como enseña Santa Catalina de Génova en su “Tratado sobre el Purgatorio”, Dios nos va a mostrar en nuestro juicio particular todos lo medios que el nos ofreció para salvarnos y como los rechazamos.

San Juan Crisóstomo, continuamente enseñaba que Nuestro Señor Jesucristo predicaba con más frecuencia sobre el Infierno que sobre el Cielo.

Es una gran obra de misericordia llamarle la atención al pecador, como cuando uno le pega en la mano a su hijo pequeño para que no meta los dedos en el enchufe, se electrocute y muera.

No hacerlo pensando en que pueden ofenderse o molestarse es no amarlos y contradecir a Nuestro Señor Jesucristo que dijo que no temamos a quién mata el cuerpo sino el alma.

Dios nos colma de gracias para acercarnos a Él, y compartir su dicha eternamente. No despreciemos a quién dio la muestra más grande de amor que podamos alguna vez recibir.

Que así sea.

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