«Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías».
Entremos en la profundidad de esta afirmación del Bautista de la mano del querido Papa Emérito Benedicto XVI:
«Juan Bautista se define como la «voz que grita en el desierto: preparad el camino al Señor, allanad sus senderos» (Lc 3, 4). La voz proclama la palabra, pero en este caso la Palabra de Dios precede, en cuanto es ella misma la que desciende sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto (cf. Lc 3, 2).
Por lo tanto él tiene un gran papel, pero siempre en función de Cristo. Comenta san Agustín: «Juan es la voz. Del Señor en cambio se dice: “En el principio existía el Verbo” (Jn 1, 1). Juan es la voz que pasa, Cristo es el Verbo eterno que era en el principio.
Si a la voz le quitas la palabra, ¿qué queda? Un vago sonido. La voz sin palabra golpea el oído, pero no edifica el corazón» (Discurso 293, 3: pl 38, 1328).
Es nuestra tarea escuchar hoy esa voz para conceder espacio y acogida en el corazón a Jesús, Palabra que nos salva.
En este tiempo de Adviento preparémonos para ver, con los ojos de la fe, en la humilde Gruta de Belén, la salvación de Dios (cf. Lc 3, 6).
En la sociedad de consumo, donde existe la tentación de buscar la alegría en las cosas, el Bautista nos enseña a vivir de manera esencial, a fin de que la Navidad se viva no sólo como una fiesta exterior, sino como la fiesta del Hijo de Dios, que ha venido a traer a los hombres la paz, la vida y la alegría verdadera.» (SS. BENEDICTO XVI, 9 de diciembre de 2012).-
Pidamos al Señor la Gracia de que nuestra palabra sea la suya, y así seamos como Juan, propiciadores de la venida de Cristo a la vida de nuestros prójimos y a nuestra propia vida.
QUE ASÍ SEA.
#Evangeliodeldia #17diciembre ¿Por qué bautizas, entonces, si tu no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?https://t.co/NZURgZUYfG
— Santa Virgen María (@santavirgenSVM) December 17, 2017