«No tienen por qué marcharse; dadles vosotros de comer.»
El Evangelio nos muestra a Jesucristo en la ribera del mar de Galilea, lo rodea una multitud. Él, pasando horas con ellos, les habla del Reino de los cielos.
Están cautivados por la maravilla de su palabra. Uno de los apóstoles lo interrumpe para decirle es tarde y la gente no tiene que comer y deben volver a sus hogares.
La respuesta de Jesús es desconcertante: “denle ustedes de comer”. Pero era lógico para el Maestro: Él los había invitado a oírlo y por ello también serían sus comensales, no los iba a despedir en ayunas después de tantas horas.
Sucede el maravilloso milagro de la multiplicación de los panes con la poca ayuda de un joven que da todo lo que tiene, no era casi nada, pero lo pone en las manos de Jesús y así se hace el prodigio.
Este milagro de Jesús es el único que aparece en los cuatro evangelios. Posiblemente se deba a la conexión íntima con la Ultima Cena del Señor anticipo del banquete eucarístico en el cual somos alimentados.
Pensemos ahora en nuestra participación en la misa semanal y, por que no diaria. El que reconoce al partir el Pan sentirá una renovada necesidad de estar largos ratos en conversación con Cristo.
Que no falte en nuestros días unos momentos dedicados a elevar el corazón a Dios visitando a Jesús en la Eucaristía: Él desde ahí nos ve, nos oye y nos espera. Quien se alimenta de Cristo entra en el ciclo virtuoso del amor anticipo del cielo porque lo posee ya de modo adelantado.
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no entendi la palabra del profeta Ananias y Jeremias
me pueden mandar un comentario de eso o una refleccion ?
dia 1 de agosto
gracias
Dios bendigas a todos nuestros hermanos
saludos
Beto
Querido hermano Alberto Silva. Creemos que la lectura nos previene de los demagogos, de los falsos profetas, que a fin de congraciarse con la audiencia, profetizan lo que la gente quiere oír, sin entender que el Señor muchas veces en sus misteriosos caminos, y su insondable sabiduría, manda pruebas y las mantiene, para buscar nuestra conversión verdadera. Todo para nuestra Santidad. Bendiciones