«Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás…
El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay alguien que es más que Jonás.»
También nuestra generación, en pleno siglo XXI, es decir más de dos mil años despúes de la venida de Cristo, es una generación malvada, que duda de la divinidad de Cristo a pesar de sus signos que aún se renuevan.
Asistimos durante 2.000 años, al milagro de la vida del Espíritu, nacida en la pasión, muerte en Cruz y resurrección de Cristo y regada por la sangre de los mártires de la fe y el testimonio de vida de tantos Santos misioneros. Y a pesar de eso, aún son tantos los que no creen, o que creen mal.
¿Y cómo deberíamos creer?
Cristo nos da la respuesta, creer cómo los ninivitas, que llamados a arrepentimiento y conversión por Jonás, se rindieron ante el Dios de Israel.
Lloremos entonces de corazón, igual que lo hicieron los Ninivitas, que gracias a su contricción, abrieron el cielo y fueron vistos por el Libertador, que recibió su arrepentimiento.
Levantémosnos sin dudar; mostrémosle nuestras heridas al Salvador, y dejémonos vendar por su misericordia. Porque la acogida del Señor a nuestro arrepentimiento es segura para los corazones sinceramente arrepentidos.
Señor. Ten piedad, todavía hoy, de tu pueblo y de tu Iglesia; derriba a nuestros adversarios con tu mano poderosa, por la intercesión de la Madre de Dios, acogiendo nuestro arrepentimiento.
Amén.
#EvangeliodelDia #16octubre El Hijo del hombre será un signo para esta generación.https://t.co/f6elY3Cde0
— Santa Virgen María (@santavirgenSVM) October 16, 2017