Comentario Evangelio San Mateo 23,13-22.

Entremos en la Palabra del Señor. "Porque la letra mata, pero el Espíritu da vida".

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«¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran.»

Cristo hoy se lamenta de la hipocresía que encuentra en los que en su tiempo dirigían los caminos del Pueblo de Dios.

El Señor nos advierte de las consecuencias de la hipocresía, que daña al que la práctica y que hace infructífera su predicación para quienes lo siguen.

Los llamados por Dios, que viven en la hipocresía, son ciegos a su luz y sordos a su palabra.

Debieran ser ellos instrumentos de la Gracia de Dios para sus prójimos y en cambio son un muro que obstaculiza el paso de la Gracia del Señor que los ha llamado.

Jesucristo nos pide en repetidas ocasiones vivir en la coherencia; y hoy, en el fragmento que leeemos, advierte especialmente a los que están llamados a transmitir su Palabra.

Todos lo estamos, y si actuamos con hipocresía dejamos de enseñar a Dios, y en cambio damos testimonio del error y la oscuridad.

En particular los consagrados (Obispos, sacerdotes y religiosos), los catequistas y personas que trabajan en la pastoral, los teólogos y otros agentes de Evangelización institucional deben sentir estas palabras del Señor como un requisito indispensable para su salvación y la de su rebaño.

Ser coherentes y claros en todo lo que decimos y hacemos, aplicando siempre la supremacia de la caridad, dando testimonio de la Justicia y la misericordia de Dios, enseñando sus caminos con la palabra y el ejemplo.

Pidamos al Espíritu Santo que nos asista siempre, para ser testigos de Dios, en quien no hay dobleces ni ambigüedades, en quien resplandece La Luz de la Vedad.