“Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas”, comienza el Evangelio de hoy. Y el Papa nos enseña que Jesús era “un pastor que hablaba la lengua de su pueblo, se hacía entender, decía la verdad, las cosas de Dios y no negociaba nunca las cosas de Dios”.
Esto hacía que la gente lo entendiera porque hablaba con una claridad y sencillez que los dejaba asombrados y por eso le seguían.
Esto es pues lo que tenemos que buscar nosotros: buscar llegar cerca de Jesús para seguirlo, escucharlo y asombrarnos de sus palabras de vida.
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Sigamos a Jesucristo, el Buen Pastor. Decir el Señor es mi pastor, nada me falta debe ser una verdad consoladora para nuestra vida.
Él es distinto, es más que un pastor, más que cualquier otro pastor, porque a la hora de elegir elige nuestra vida y se sacrifica por nosotros. Él da su vida para que nosotros la tengamos. Es aquí donde nos damos cuenta de su Amor por nosotros.
Para este Buen Pastor valemos mucho, y tanto nos amó que por amor dió su vida en una muerte espantosa y humillante. Él nos amó hasta la Cruz.
Pidamos saber corresponder a su amor dando también nuestra vida en servicio al prójimo, llevando la palabra de Dios en nuestra boca y en nuestro testimonio vivo.
Bendiciones.
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— Santa Virgen María (@santavirgenSVM) May 8, 2017
Agradecimiento por siempre al envío de las palabras del Evangelio que renuevan mi espíruto .Dios nos bendiga .