Jueves 27 de abril
Buenos días
El Evangelio de hoy nos recuerda que Jesús recorría todas las ciudades proclamando la Buena Noticia del Reino atendiendo y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente.
No era un milagrero que buscaba el brillo y la atención, era el Dios que sentía compasión por los hombres y cargaba sobre sus hombres nuestras necesidades.
Esa compasión amorosa que nace del su Corazón quiere llevarla a todas partes.
Por eso, ante aquella muchedumbre necesitada Jesús enseña a los discípulos a asumir esa actitud.
El les pide, que ellos lleguen en su nombre a los confines de la tierra llevando la misericordia.
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Pero Jesús les pide más y les dice: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha”.
Nuestro Señor pone en nuestros corazones, como hizo con los apóstoles, dos imperativos: vayan y rueguen.
El afán de almas es legado bautismal que no podemos soslayar.
Pidamos la gracia de vencer nuestras cobardías, miedos e inseguridades y lancémonos a llevar la Buena Nueva con la fuerza de la oración y las obras del amor con la seguridad que Dios va con nosotros.
Bendiciones.
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— Santa Virgen María (@santavirgenSVM) April 24, 2017
Presbítero Daniel Cirrincione
El Padre Daniel desde hace 19 años es sacerdote en la prelatura del Opus Dei, y doctor en Derecho Canónico. Ha desarrollado una intensa y variada labor pastoral, con gente de toda condición, edades y situaciones.
Dios todo poderoso derrame un diluvio de bendiciones sobre todos los que nos brindan la oportunidad de orar a nuestro padre celestial por todos los medios incluyendo este.