Buen día
Juan y Andrés eran dos seguidores de San Juan el Bautista, de él oyeron hablar sobre Jesús, y así nació en ellos el deseo de ir detrás de Jesús para confirmar lo que les decía el bautista.
“Jesús se volvió, y al ver que le seguían les dice: ¿Qué buscan?
Ellos le respondieron: «Rabbí, que quiere decir, Maestro ¿dónde vives?.
Les respondió: «Vengan y lo verán. Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con Él aquel día.»
Los discípulos, se quedaron con Él aquel día, ese día cambió sus vidas. Es tanto lo que los marca el encuentro que recuerdan hasta la hora que se produjo: eran las cuatro de la tarde.
Así como ocurrió con los dos hermanos apóstoles, podríamos hoy intentar hacer memoria del día en que el Señor se cruzó en nuestras vidas.
Luego de recibir el sacramento del Bautismo, en cada discípulo ha habido un momento en que su corazón lo mueve con decisión hacia el seguimiento de Dios.
Es ese el momento, en el ponemos las cosas en orden y hacemos de Dios la parte más importante de nuestra vida.
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Hoy el Evangelio, quiere reafirmar la misión que Dios ha confiado a cada uno en su vida:
Recordar, cada día, ese “ven y veras” que nos marcó a fuego y nos llevó a poner todo para que la Buena Nueva nos cambie por completo, y nos haga servidores de la Palabra de Dios, como ocurrió en la vida de los dos apóstoles Juan y Andrés.
Es el día en que la Gracia de Dios nos hace poner en segundo lugar nuestra propia historia, nuestro «egodrama», y pone en primer lugar la historia de la Salvación que viene de Cristo, el «teodrama».
Cualquier papel por pequeño que sea, que Dios nos de en su «teodrama», nos llena la vida y le da sentido a todo. Es que Dios no necesita que lo sirvamos, sino que somos nosotros los que necesitamos servir a Dios para ser felices.
La Palabra nos recuerda cual es nuestra misión: hacer que todos crean en Él, y dar gracias por el privilegio de poder vivir el evangelio y evangelizar a nuestros prójimos.
Bendiciones.
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Presbítero Daniel Cirrincione
El Padre Daniel desde hace 19 años es sacerdote en la prelatura del Opus Dei, y doctor en Derecho Canónico. Ha desarrollado una intensa y variada labor pastoral, con gente de toda condición, edades y situaciones.
