«Hoy ha llegado la salvación a esta casa»
¡Muy buen día!
Hoy Jesús llega a Jericó, que era una ciudad muy importante y rica, por lo tanto era también uno de los principales centros de recaudación de impuestos.
Estos impuestos eran para el invasor romano, que los percibían de los habitantes de la nación Judía.
Zaqueo era judío, pero era recaudador de impuestos para los romanos, y por ello era seguramente un hombre odiado por los judíos del lugar.
Sería un hombre rico, pero no era feliz, porque se sentiría solo, al ser despreciado por los demás. Así fue como, por Gracia divina, buscó el amor de Dios.
Es por ello que, salió a buscar a Jesús y no dejó que nada se lo impidiera.
Podemos imaginar a Zaqueo, al mezclarse con la multitud. Podemos suponer que escucharía a muchos que aprovechaban la oportunidad para manifestar su desprecio frente al que consideraban un traidor.
Zaqueo aún así perseveró y se subió a un árbol para ver pasar a Jesús superando su limitación, porque era un hombre muy bajo de estatura.
Cuando Jesús le hizo saber que pararía en su casa aquel día, Zaqueo descubrió que había encontrado un nuevo amigo maravilloso y tomó la mayor decisión de su vida: y dijo a Jesucristo:
“Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más”.
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La historia termina con una gloriosa afirmación:
“El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido”.
Esta persona que está perdida entró en contacto con Dios. ¡Qué hermosa lección para cada uno de nosotros!
Esta es la actitud que hoy nos pide el Señor a cada uno de nosotros: establecer puentes entre los hombres y Dios.
Bendiciones.
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Presbítero Daniel Cirrincione
El Padre Daniel desde hace 19 años es sacerdote en la prelatura del Opus Dei, y doctor en Derecho Canónico. Ha desarrollado una intensa y variada labor pastoral, con gente de toda condición, edades y situaciones.
Gracias padre por su reflexión que dios lo bendiga y cuide y nos ayude a nosotros para obtener la gracia de dios
Hermoso poder leer el evangelio