Hoy 25 de Octubre celebramos el día de San Crispín y San Crispiniano, dos hermanos que murieron mártires y se convirtieron en los santos patronos de los zapateros, fabricantes de sillas de montar y curtidores.
San Crispín y San Crispiniano les pido que por su intercesión alcance gran amor en los trabajos que realizo, encontrando el de la alegría de ser apóstol de Cristo, y así con un corazón inflamado de amor por Dios, pueda santificarme y ganar almas para el cielo.
Denme el coraje de llevar su palabra sin importarme las amenazas de este mundo, más bien que desprendiéndome por completo de este, en cada cosa que haga, en cada palabra que diga, y todo lo que de mí salga sea para dar Gloria de Dios.
San Crispin y San Crispiniano, rueguen por nosotros!
Amén.
SAN CRISPIN Y SAN CRISPINIANO
El alma que quiere darse por entero a Dios, no ha de buscar nada para sí mismo sino que el pensar, hablar y actuar tienen como meta a Dios. Esto es un impulso fuerte e intenso a desvivirse por los demás.
Los jóvenes de hoy, que murieron en el año 285, quedan lejos de nuestra historia del tercer milenio.
Sin embargo, sus obras y sus nombres han quedado grabados en las páginas de la historia de la Iglesia para siempre.
Se establecieron en Roma y aprendieron el oficio de zapateros. Y desde cualquier trabajo se puede hacer un anuncio u proclamación del Evangelio y de las riquezas que aporta al alma humana.
Este servicio lo concretó en hacer zapatos para los pobres. A estos, por supuesto, no les cobraban absolutamente nada.
A los ricos, que conocían el buen trabajo que hacían y la calidad del calzado, sí que les cobraban, solo que dejaban que ellos pusieran precio a sus trabajos..
Aprovechaban los momentos de venta o de dar gratis para hablar con entusiasmo de Jesucristo. Y con la mayor naturalidad del mundo.
Debían vivir lo que decían porque la gente los escuchaba con agrado.
Los franceses dicen que vivieron en la región de Soissons. Los ingleses, a su vez, afirman que vivieron en el condado de Kent, al sur de Inglaterra.
Shakespeare los elogia en su obra “Enrique V” y en “Julio César”.
En lo que todos están de acuerdo es en que murieron mártires.