Madre mía, me arrepiento de todos mis pecados, ruego tu ayuda santa para obtener una verdadera conversión. Despréndeme de mis apegos por las cosas del mundo especialmente las que me alejan de Dios y me llevan al pecado. Ruega por todos los que me diste y por mi alma, no nos abandones nunca hasta llegar a la Casa del Padre Celestial cuando seamos llamados a Su Presencia.
Te ruego que intercedas por………..para que Jesús misericordioso le conceda la gracia y la disposición de corazón para un sincero arrepentimiento y una conversión definitiva que lo lleve a la Salvación Eterna.
Madre mía, intercede para que el Señor coloque en el corazón del mundo un renovado respeto por la vida, desde el momento de la conversión, evitando el pecado del aborto.
Santa María Madre de Dios y de la Conversión, Ruega por nosotros!
Amén.
MADRE DE DIOS Y DE LA CONVERSION.
En una casa localizada al norte de Bogotá, que el Señor quiso visitar así como Él visitó a la Samaritana; el día 22 de junio de 1995, (jueves, fiesta del Corpus Cristi) por gracia y misericordia de Dios, alrededor de las 5½ de la tarde, estando en oración en el Oratorio, Óscar Mauricio Muñoz Durango y Margarita Ovalle de Pachón, fueron visitados por la Santísima Virgen María, la Inmaculada Concepción, bajo la advocación de Nuestra Señora de Lourdes, para ser elegidos y transmitir sus mensajes a la humanidad. En este día la Virgen habló diciendo, y estas fueron sus primeras palabras:
“Esta noche he venido para bendecirlos para amarlos y concederles”
La imagen representa a Nuestra Señora y Madre de la Conversión Reconciliadora de los Pueblos y Gentes, la Sierva de la Hostia Santa y la Madre del Sagrario que sale a través de la puerta del Cielo portando en su mano derecha una copa que se está derramando sobre el mundo entero y en la otra mano una paloma blanca que expresa la reconciliación y la paz para todas las naciones.
En su pecho sobresale un hermoso corazón radiante pero traspasado y sangrante que muestra la tristeza de la Madre por los millones de personas que son desgarradas por el dolor, encadenadas a los vicios y al pecado que son causa de división y guerra.
Su corazón está coronado por una llama que representa el fuego del amor de Dios que quiere encender en los corazones de sus hijos que se encuentran envueltos en la frialdad del pecado. Ella, desde el Monte Santo está mirando con ojos de misericordia al mundo entero que se muestra a sus pies, y en el cual están representados sus hijos, que cuida con maternal solicitud y que bendice con amor. En su cintura porta una hermosa camándula dorada que nos invita a la piadosa oración del santo rosario, arma poderosísima contra el mal, a través de la meditación de los veinte misterios, en toda su riqueza y profundidad.
Oración constante que nos llevará a una verdadera y completa conversión de nuestras vidas, de nuestras familias, de nuestra sociedad, pero cuya invitación no ha sido acogida por muchos de sus hijos, aún. Por la blancura del vestido, y el color azul con borde dorado brillante del cinto, nos recuerda que debemos conservar nuestras almas puras, con el pensamiento en el Cielo.
Alrededor de la Madre se encuentran un grupo de ángeles que revolotean graciosamente y representan a los niños que son abortados diariamente en el mundo, y esta es la causa del desgarramiento del corazón de la Madre y hace una llamada a toda la humanidad a una pronta Conversión y a la Reparación por tantas vidas inocentes que se pierden por el egoísmo del hombre día tras día. En su cabeza lleva una corona de rosas y en su falda varias de éstas mismas flores, que significan que en medio del dolor también existe la felicidad del consuelo.
Nos pide usar los sacramentales, LAS MEDALLAS BENDITAS, los escapularios, el agua bendita, la cruz en la casa, son armas de Dios.
“Volved al camino de Dios, convertíos a través de la oración, penitencia, sacrificio, ayuno, visitad el santísimo, asistid a misa, rezad el rosario, consagrad vuestros hogares al Sagrado Corazón, no seáis indiferentes a mi llamado, es para que os defendáis de los ataques del maligno”