Es en principio del año 1475 cuando el fraile dominicano Alano de Rupe decide poner negro sobre blanco los acontecimientos milagrosos.
Se echa a escribir su memoria justo cuando el 8 septiembre de aquel mismo año, muere en santidad en el convento de Zwolle, en Holanda, a los 47 años, entregando al pueblo cristiano un tesoro de inestimable valor recibido directamente por la Virgen Maria durante una de sus apariciones: quince promesas «para todos los que reciten devotamente mi Rosario.»
El recitar el Rosario de María fue particularmente luminoso, de un admirable regocijo unido a una inexplicable alegría.» Y un día, justo mientras estaba rezando, la Virgen de nuevo se dignó de hacerle muchas breves revelaciones», como estas…
LAS 15 PROMESAS DE LA VIRGEN MARIA
1.- El que me sirva, rezando diariamente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
2.- Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
3.- El Rosario será un fortísimo escudo de defensa contra el infierno, destruirá los vicios, librará de los pecados y exterminará las herejías.
4.- El Rosario hará germinar las virtudes y también hará que sus devotos obtengan la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo al amor por Dios y los elevará a desear las cosas celestiales y eternas. ¡Cuántas almas por este medio se santificarán!.
5.- El alma que se encomiende por el Rosario no perecerá.
6.- El que con devoción rezare mi Rosario, considerando misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá muerte desgraciada; se convertirá, si es pecador; perseverará en la gracias, si es justo, y en todo caso será admitido a la vida eterna.
7.- Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin auxilios de la Iglesia.
8.- Quiero que todos los devotos de mi Rosario tenga en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia, y sean partícipes de los méritos de los bienaventurados.
9.- Libraré pronto del purgatorio a las almas devotas del Rosario.
10.- Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo una gloria singular.
11.- Todo lo que se me pidiere por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12.- Socorreré en todas sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13.- Todos los que recen el Rosario tendrán por hermanos en la vida y en la muerte a los bienaventurados del cielo.
14.- Los que rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
15.- La devoción al santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la gloria.
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— Santa Virgen María (@santavirgenSVM) August 5, 2017