La verdadera, o mejor dicho, la única paz del alma en esta tierra consiste en estar plenos del amor de Dios y animados por la esperanza del cielo, tanto que consideramos poca cosa las cosas que nos suceden o las desgracias de este mundo y despojarnos completamente de los deseos terrenales.
ORACION A SAN BEDA POR LA PAZ DEL ALMA
Venerable San Beda, te pedimos que intercedas por nosotros para que con la gracia de Dios Todopoderoso seamos capaces de alcanzar la paz verdadera de nuestra alma, aquí en la tierra, despojándonos de los deseos materiales, de querer ser algo que no somos, queremos ser humildes y dóciles de corazón, que no nos importe el juicio de aquellos que no siguen a Cristo y que no tengamos miedo a las persecuciones del mundo.
Ayúdanos, reza por nosotros en el cielo, tú que lleno de virtud eres escuchado por Dios, alcánzanos la fortaleza de la fe, de la perseverancia y de la firme voluntad de hacer lo que el Señor nos pide, así estaremos en paz, y podremos ver claramente el camino que debemos seguir en cada momento.
Y así gozaremos de la alegría de reconocer el rostro de Cristo, nuestro creador, cuando obtengamos la gracia de su amor inmenso en la eternidad.
Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
LA VIDA DE SAN BEDAS EL VENERABLE
«Yo, Beda, siervo de Cristo y sacerdote, y monje benedictino del monasterio de San Pedro y San Pablo, de Inglaterra, nací en este país. A los siete años me llevaron al monasterio para ser educado por los monjes. Desde entonces he pasado toda mi vida en el monasterio, y me he dedicado sobre todo al estudio de la Sagrada Escritura. Además de cantar y rezar en la Iglesia, mi mayor alegría ha sido dedicarme a aprender, a enseñar y a escribir. A los 19 años recibí el diaconado y a los 30 el sacerdocio. Todos los tiempos libres los he dedicado a buscar explicaciones de la Sagrada Escritura, especialmente sacadas de los escritos de los Santos Padres». San Beda escribió más de 60 libros destinados a la difusión de la Palabra de Dios. Nació en el año 673 y murió el 25 de mayo del año 735. La gente antes de morir ya lo llamaba «el venerable». Es considerado Doctor de la Iglesia.