1) Dios, en su providencia, tampoco niega la ayuda necesaria a los que, sin culpa, todavía no han llegado a conocer claramente a Dios.
2) El hombre, para comprenderse a sí mismo, debe, con su inquietud, y su duda, con su debilidad y su pecado, con su vida y con su muerte, acercarse a Cristo.
3) Dios ha querido a la Iglesia con un fin: que todo hombre pueda encontrar a Cristo, de modo que Cristo pueda recorrer con cada uno el camino de la vida.
4) Sólo Dios puede responder a la pregunta sobre el bien, porque Él es el Bien.
5) Los 10 mandamientos de Dios, no sólo nos indican los deberes esenciales, sino que también, indirectamente, nos enseñan los derechos fundamentales, que hacen a la naturaleza de la persona humana. Protegen la vida humana, el matrimonio, la propiedad privada, la verdad y la dignidad.
6) Jesús muestra que los mandamientos no deben ser entendidos como un límite mínimo, que no hay que sobrepasar, sino como una senda abierta a un camino de perfección, impulsado interiormente por el amor.
7) Tanto las bienaventuranzas como los mandamientos se refieren al bien y a la vida eterna. Las bienaventuranzas son un autorretrato de Cristo y, precisamente por esto, una invitación a su seguimiento y a la comunión de vida con Él. Para hacerlo se necesita una libertad madura («si quieres») y el don divino de la gracia («ven, y sígueme»).
8) Seguir a Cristo es el fundamento esencial y original de la moral cristiana: como el pueblo de Israel seguía a Dios, que lo guiaba por el desierto hacia la tierra prometida. Unirse a la persona misma de Jesús, compartir su vida y su destino, participar de su obediencia libre y amorosa a la voluntad del Padre.
9) El modo de actuar de Jesús y sus palabras, sus acciones y sus preceptos constituyen la regla moral de la vida cristiana.
10) El Catecismo de la Iglesia Católica presenta la vida moral de los creyentes, en sus fundamentos y aclara sus contenidos, para la vida de «los hijos de Dios».
Citas tomadas de la Encíclica Veritatis Splendor, de San Juan Pablo II, en la que el Papa hace la presentación del Catecismo que había sido publicado un poco antes que la encíclica.
- Nota: Las frases que se entendían en contexto, han sido adaptadas para una comprensión unitaria.