Empezaremos rezando la oración que el Angel de la paz les enseñó a los pastorcitos:
ORACION DE TODOS LOS DIAS
En la primera aparición, un ángel les dijo: No teman soy el Angel de la paz. Recen conmigo!
¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que Él es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.
«Orad, los Corazones de Jesús y María están atentos a la voz de vuestras súplicas.»
ORACION PREPARATORIA
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de tu Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en tu misericordia maternal y agradecidos a las bondades de tu amantísimo Corazón, venimos a tus pies para rendirte el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente tu mensaje de amor, y la que te pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios y provecho de nuestras almas.
Amén.
ORACION DE ESTE DIA: María, Reina del Santo Rosario
¡Oh santísima Virgen María!, que en tu última aparición te diste a conocer como la Reina del Santísimo Rosario, y en todas ellas recomendaste el rezo de esta devoción como el remedio más seguro y eficaz para todos los males y calamidades que nos afligen, tanto del alma como del cuerpo, así públicas como privadas. Infunde en nuestras almas una profunda estima de los misterios de nuestra Redención que se conmemoran en el rezo del Rosario, para así vivir siempre de sus frutos. Concédenos la gracia de ser siempre fieles a la práctica de rezarlo diariamente para honrarte a ti, acompañando tus gozos, dolores y glorias, y así merecer tu maternal protección y asistencia en todos los momentos de la vida, pero especialmente en la hora de la muerte.
ORACION FINAL
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Te suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
Amén.