ORACION A MARIA FUERZA DE LOS DEBILES
Ruega por nosotros Santa madre de Dios. Necesitamos de ti porque somos débiles pecadores, que queriendo hacer el bien, hacemos el mal que no queremos, que poniéndonos propósitos de cambios, no ponemos la suficiente voluntad y caemos continuamente en el pecado.
Ilumina nuestros corazones y haznos recordar aquello que le hace mal a nuestras almas al analizar nuestras conciencias, para que podamos con tu gracia combatir al mal.
Danos fuerza de voluntad, haz que nuestras almas se liberen del pecado, y podamos ser instrumentos útiles de gracia para nuestro amado Jesús
Si caemos madre, danos la mano, y levántanos!
Si nos pesa en el alma nuestros pecados o la marca que han dejado en nuestras vidas, madre…limpia nuestras lágrimas, danos tu abrazo maternal, quédate con nosotros, y danos fuerza para empezar a hacer el mayor bien que podamos!
Confiamos en ti madre Santa, y ponemos nuestros corazones en tus manos, haz de ellos lo que quieras a fin de que obtengamos la vida eterna, junto a ti y junto a Jesús.
MARIA FUERZA DE LOS DEBILES, RUEGA POR NOSOTROS!
Amén.
LA DEBILIDAD ESPIRITUAL
Los pecadores obstinados son los que descuidan el alma y seden a las pasiones, sin voluntad de truncar la vida de pecado.
Los débiles, espiritualmente hablando, son los que querrían conservar la amistad con Dios, pero no son decididos y resueltos a huir de las ocasiones de pecado y pecan.
Un día soy de Dios y otro del demonio; hoy recibo la Comunión después… peco gravemente; caídas y arrepentimiento, confesión y pecados. ¡Cuántas almas están en esta triste condición! Tienen la voluntad muy débil y corren el riesgo de morir en pecado. ¡Pobre de mi si la muerte me encontrara mientras estoy sin la gracia de Dios!
La Virgen Santísima tiene compasión de nosotros y está deseosa de venir a ayudarnos. Como la mamá protege al niño para que no caiga y le da la mano para realzarlo si cae, así la Virgen, es rápida a sustentar a quién a ella recurre con confianza.
Es bueno considerar cuales son las causas que producen la debilidad espiritual. Ante todo es el no dar importancia a las pequeñas culpas, por ello se cometen a menudo y sin ningún remordimiento. Si despreciamos las pequeñas cosas, poco a poco caeremos en las grandes.
Debilita la voluntad el pensar en las tentaciones: Hasta aquí puedo llegar… ¡Esto no es un pecado mortal! Al extremo del precipicio pararé. Actuando en tal modo, la gracia de Dios se entibia, Satanás intensifica el asalto y el alma cae míseramente.
Otra causa de debilitamiento es el decir: Ahora peco y luego me confesaré; así remediaré todo. Estamos en un error, porque aún cuando nos confesamos, el pecado deja en el alma una gran debilidad; más pecados se cometen, más débiles somos, especialmente ofendiendo la pureza.
Somos fáciles de caer en pecado los que no sabemos dominar el corazón y por consecuencia cultivamos afectos desordenados. Decimos: ¡No tengo la fuerza de dejar a aquella persona! No no me puedo privar de una cosa o de una persona.
Somos almas enfermas, débiles en la vida espiritual que recurrimos a Maria para su ayuda, suplicando su materna misericordia.
Hacemos novenas y meses enteros de prácticas devotas para arrancar una gracia, es decir la fuerza de voluntad, de la cual depende la eterna salvación.
Muchos también rogamos a la Virgen por la salud del cuerpo, para pedir providencia, para pedir cualquier cosa que necesitemos, pero pocos suplicamos a la Reina del Cielo para tener fuerza en las tentaciones o para truncar cualquier grave ocasión de pecado.
Un ejemplo:
Una joven por mucho tiempo se abandonó a una vida de pecado, y buscaba ocultar sus miserias morales. La madre empezó a sospechar y la reprobó rígidamente.
La infeliz, descubierta, abre los ojos sobre su pasado y tuvo grandes remordimientos. Acompañada por su mamá, quiso ir a confesarse. Se arrepintió,y lloró.
Era muy débil y, transcurriendo poco tiempo, volvió otra vez a la vieja forma de pecar.
Estuvo a punto de dar un mal paso y caer en el precipicio.
La Virgen, invocada por la mamá, vino en su ayuda de manera providencial. Cayó en manos de la joven un buen libro; lo leyó y fue golpeada por la historia de una mujer, la cual escondía sus graves pecados en la confesión y, aunque cambió muchas cosas en su vida , por sacrilegio fue al infierno.
Por esta lectura fue sacudida por el remordimiento; pensó que también para ella era el infierno, sino hacía bien sus confesiones y cambiaba de vida.
Tomó todo esto en serio, empezó a rogar con fervor a la Virgen Santa para que la ayudara y se decidió analizar regularmente su conciencia. Cuando se arrodilló delante del Sacerdote para acusar sus culpas, dijo: ¡La Virgen me ha conducido hasta aquí! Quiero cambiar de vida.
Mientras primero se sintió débil en las tentaciones, luego adquirió tal fortaleza que no volvió a degradarse más. Perseveró en el ruego y en la frecuencia de los Sacramentos e inflamada de un santo ardor hacia Jesús y a la Madre Celeste, abandonó el mundo para encerrarse en un convento, donde emitió los votos Religiosos.
IMPORTANTE
Examinar la conciencia para ver cómo nos confesamos: si se esconde algún grave pecado, si el propósito de huir de las malas ocasiones es resuelto y eficaz, si se va realmente a la Confesión con la debida disposición. Remediar en las Confesiones el mal causado.
Jaculatoria. Querida Madre Virgen María, haz que yo pueda con la gracia de Dios salvar mi alma!
Cómo se llama el libro de la historia de la mujer que escondía los pecados?
Esta narración sobre la gracia que cae en la mujer pecadora a manera de un libro, y que la toca en lo más profundo, está sacada de un libro que se llama «Maria Reina y Madre de Misericordia» del salesiano Don José Tomaselli. Pero no dice el nombre del libro que leyó la mujer.
Espero podamos ayudarla en lo que necesite, saludos y bendiciones!
Gracias a Jesus y la Virgen ya no ando en el lodo del alcohol y las drogas. Todo que leí es cierto tuve muchos años luchando y volvia y caia de nuevo. De tantas oraciones y retiros va un año q salí de ese mundo pecador. Aunque tengo defectos q tengo q apoyarme al manto de Jesus y Maria no pierdo la fe. Rezo el Rosario diariamente, la Divina Misericordia, Rosario de lo 7 Dolores de Maria y Rosario de la Preciosa Sangre o las Llagas de Jesus. Dios y la Virgen me ampare. DLB
Que hermoso testimonio! Querido hermano, a Dios toda la Gloria, a Jesucristo y nuestra Santa Madre la Alabanza. Bendiciones!
Antonio santiago briseño g.muy agradable es el escuchar el testimonio de un hermano eso nos sirve como un recordatorio para sepamos valorar la nueva vida que dios y la santisima virgen.nos regalan otra oportunidad para vivir una vida del agrado de nuetro padre.dios
Gran verdad hermano. Bendiciones