ORACION AL CRISTO DE LA QUEBRADA
Cristo de la Quebrada, tu que nos diste la gracia de encontrarte, de poder recibir tus dones, los milagros que haz hecho en nuestras vidas,
de acercarnos a tu corazón y así cambiar el nuestro.
Te pedimos Señor para que abras nuestro entendimiento, ilumines nuestras almas, para que podamos dar fruto y ser un canal puro por donde corra tu gracia, que ya no vivamos nosotros, sino que seas tu quien vive en nosotros, hacer uso de los talentos que nos diste para transmitir tus enseñanzas, tu amor y tu misericordia a todos los que por tu voluntad nos pongas en el camino, y ya no volvamos nunca más a estar encorvados en nosotros mismos.
Orienta nuestros corazones, endereza nuestras almas, para que crezcamos en santidad, y así poder alabarte y glorificarte, por los siglos de los siglos, en la eternidad.
Amén.
UN HALLAZGO MILAGROSO
La talla, de madera policromada, tiene 30 centímetros de altura y su estilo es indoamericano. Está protegida dentro de una cruz de hierro forjado, con cristales labrados, y sale en procesión también en Semana Santa. El relato popular atribuye a este Cristo un espíritu alegre y lo vinculan con que Tomás de Alcaraz era ciego desde los nueve años y que el Cristo hallado en el algarrobo le devolvió la vista. Y que también le hizo ver el amor de María Manuela Gómez, una muchacha vecina de Tomás y con quien se terminaría casando.
Desde entonces han pasado miles y miles de personas por el Via Crucis que conduce al Cristo, construido en mármol de Carrara por el escultor italiano Nicolás Arrighini, fue inaugurado en 1952 y, desde entonces, los catorce grupos escultóricos con figuras de tamaño natural convocan a personas de los alrededores del país y otras extranjeras, pidiendo un milagro, llevando ofrendas, haciendo promesas.