ORACION NUESTRA SEÑORA DE LAS LAGRIMAS

La devoción de cada día primero de mes.

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ORACION NUESTRA SEÑORA DE LAS LAGRIMAS
ORACION NUESTRA SEÑORA DE LAS LAGRIMAS

NUESTRA SEÑORA DE LAS LAGRIMAS DE SIRACUSA, SICILIA, ITALIA.

Fechas en que se celebra: Primer día de cada mes y 29-30-31 agosto y 1 de Setiembre

Amada Madre nuestra
Virgen de las lágrimas
míranos con tu maternal bondad.

Seca las lágrimas de los que sufrimos,
de los olvidados, de los desesperados,
de aquellos que son víctimas de violencia
y necesitan tus palabras, tus consejos,
tus caricias de madre.

Danos a todos lágrimas de arrepentimiento,
que cambien nuestras vidas, que nos permitan
estar abiertos a las gracias de Dios, para
que cambien verdaderamente nuestros corazones.

Danos querida madre lágrimas de alegría
después de haber visto la profunda
ternura de tu corazón, tu fidelísima protección
y tu dulce compañía.

Amén

NUESTRA SEÑORA DE LAS LAGRIMAS

Un humilde matrimonio: Angelo Iannuso y su esposa Antonia, recibió un maravilloso regalo de la Virgen María. Fue un prodigio que comenzó en su dormitorio el 29 de agosto de 1953, Siracusa, Italia.

Uno de los regalos de boda fue un cuadro de yeso de Nuestra Madre Celestial.
Para cuando Antonina descubrió que estaba embarazada, parte de sus cambios físicos incluyeron toxemia que de vez en cuando le producía ceguera momentánea. Los doctores afirmaban que esto se debía al embarazo dificultoso y la aconsejaban de meterse en cama y no salir de allí. Antonia encontró un refugio en la plegaria, y su marido se le burlaba al respecto.

El 29 de agosto de 1953 ella empezó con retortijones espantosos que duraron mucho más de lo esperable. La gente que estaba con ella querían que llamara a su marido y al doctor. De pronto la paciente se calmó. Antonia sufrió un ataque que la dejó ciega. Alrededor de las 8:30 su vista estaba normal nuevamente.

virgen siracusaEn ese momento del día 29 de agosto y hasta el 1º de septiembre de 1953, el cuadro de yeso, que representaba el Corazón Inmaculado de María, a la cabecera de la cama en la casa de Angelo y Antonia, lloró lágrimas humanas

Antonia cuenta que:
Abrí mis ojos y miré a la imagen de la Santísima Virgen por arriba del cabezal de la cama. Para mi gran sorpresa la imagen estaba llorando.
Llamé a mi cuñada Grazia y a mi tía Antonina Sgarlata que vino a mi lado señalando las lágrimas.

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Al principio creyeron que se trataba de una alucinación debida a mi enfermedad pero cuando yo insistí y ellas se acercaron a esa placa pudieron ver claramente que había lágrimas reales cayendo de los ojos de la Madonna, y que algunas lágrimas caían primero por sus mejillas y luego directamente a la cama.

Aterrorizadas llamaron a los vecinos, y ellos confirmaron el fenómeno…
Todos los miembros de la familia fueron llamados y todos pudieron constatar el milagro. Antonia se quedó mirando a nuestra Madre Celestial por varias horas atestiguando el milagro, mientras que limpiaba las lágrimas que iban cayendo sin cesar.

Primero fueron contenidas las lágrimas con un pañuelo y luego con algodón. La “Madonna“ lloró durante 4 días, desde el 29 de agosto al 1º de septiembre y atrajo a miles de peregrinos a Siracusa.

El fenómeno se verificó en intervalos más o menos largos, tanto dentro como fuera del hogar.

Muchas fueron las personas que vieron con sus propios ojos, tocaron con sus manos, y sintieron lo salado de las lágrimas.

El 1º de septiembre se reunía un grupo de distinguidos clérigos, cuatro hombres de ciencia y tres testigos de inmaculada reputación, para así formar una comisión investigadora en nombre del Arzobispado.

La comisión se reunió en la casa de los Iannuso a la mañana con el fin de estudiar el fenómeno y sacar una muestra de las lágrimas para ser analizadas.

Después de haber tomado el líquido que surgía de los ojos de la imagen, se hizo un análisis microscópico. La respuesta de la ciencia fue: “las lágrimas son humanas”.

El cura párroco dio fe que los doctores juraron por la Biblia en cuanto a la veracidad de lo analizado.

Tras el estudio científico de la imagen dejó de llorar. Fue el cuarto día.

 

Extracto de la Catequesis de Juan Pablo II sobre Nuestra Señora de las Lágrimas

Las lágrimas de la Virgen pertenecen al orden de los signos; testimonian la presencia de la Madre Iglesia en el mundo. Una madre llora cuando ve a sus hijos amenazados por algún mal, espiritual o físico. María llora participando en el llanto de Cristo por Jerusalén, junto al sepulcro de Lázaro y, por último, en el camino de la cruz.

Hoy, aquí en Siracusa, puedo dedicar el santuario de la Virgen de las Lágrimas. Aquí estoy finalmente, por segunda vez, pero ahora vengo como Obispo de Roma, como Sucesor de Pedro, y realizo con alegría este servicio a vuestra comunidad, a la que saludo con afecto.
Santuario de la Virgen de las Lágrimas, has nacido para recordar a la Iglesia el llanto de la Madre.

Recuerda también el llanto de Pedro, a quien Cristo confió las llaves del reino de los cielos para el bien de todos los fieles. Que esas llaves sirvan para atar y desatar, para redimir toda miseria humana.

Vengan aquí, entre estas paredes acogedoras, cuantos están oprimidos por la conciencia del pecado y experimenten aquí la riqueza de la misericordia de Dios y de su perdón. Los guíen hasta aquí las lágrimas de la Madre. Son lágrimas de dolor por cuantos rechazan el amor de Dios, por las familias separadas o que tienen dificultades, por la juventud amenazada por la civilización de consumo y a menudo desorientada, por la violencia que provoca aún tanto derramamiento de sangre, y por las incomprensiones y los odios que abren abismos profundos entre los hombres y los pueblos.

Son lágrimas de oración: oración de la Madre que da fuerza a toda oración y se eleva suplicante también por cuantos no rezan, porque están distraídos por un sin fin de otros intereses, o porque están cerrados obstinadamente a la llamada de Dios.