Oración a Nuestra Señora de la misericordia

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Hoy 18 de Marzo es el día de Nuestra Señora de la Misericordia, Patrona de Savona, Italia.

«Responder al mal con el bien».

Virgen Santísima Madre de misericordia, a Ti se elevan nuestros ojos, por ti palpitan nuestros corazones.

Delante a tu dulce imagen han orado tantas generaciones.

Hoy, estamos agradecidos por la fe que nos ha sido transmitida y nos ponemos en oración delante de Ti.

A tu amor materno encomendamos nuestras almas que no escapan a tu corazón.

Tu, dócil esclava, con inefable amor has guiado a tu hijo Jesús en su infancia entre nosotros.

Estás junto a los padres en el cumplimiento de la tarea delicada de ser vigilantes de Dios, ya que ofrecen a sus hijos un vivo testimonio de coherencia cristiana.

Sede de toda sabiduría, a Ti recurrimos: Enséñanos a amar a tu Hijo Jesús y hablar de él con nuestra vida, a mostrar a todos su amor que salva y perdona.

Madre del Señor, siempre joven, dirige la mirada a nuestros jóvenes para que crezcan como Jesús en edad, sabiduría y gracia.

Tu sabes que sus caminos no son fáciles, pero llenos de promesas.

Dales el impulso a sus vidas , coraje contra la conformidad, generosidad en sus elecciones, que san libres de las influencias del mundo.

Madre paciente, edúcanos en la libertad y el compromiso, para que con el evangelio podamos construir un mundo nuevo, según el proyecto de Dios.

A Ti, Madre de misericordia, Señora nuestra, haznos dignos de llevar el nombre de cristianos, que no se detenga por nuestra debilidad el anuncio del Evangelio de la salvación.

De ti queremos aprender el cuidadoso silencio del corazón para recibir en la oración la riqueza de la divina Palabra.

Haz seguro el camino, para que seamos capaces de amar la vida.

Camina con nosotros, y después de este destierro, muéstranos a tu Hijo Jesús, oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

Amén.

El mensaje de su  aparición:

El Sábado 18 de marzo de 1536. La Virgen María se aparece a un agricultor, el Beato Antonio Botta, un hombre de fe que llevaba el trabajo unido a la oración (“andaba rezando el rosario”) y al amor al prójimo, en un pequeño pueblo de Savona, Italia, para darle a la gente del pueblo, que sufrió muchos problemas y humillaciones; un mensaje para encontrar una solución nueva, que viene del Evangelio. Se trata de la misericordia, de justicia de Dios, que no es la que comprendemos como justicia humana (del que se equivoca paga), en cambio esta justicia es la de dar el propio corazón, dar confianza, dar esperanza, no cerrarse ante las situaciones difíciles, responder al mal con el bien.

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