Virgen Madre de Jesús adolescente, Madre que desde las entrañas de misericordia de Dios, has traído al mundo al salvador el que vino para iluminar a los que habitan en tinieblas y sombras de muerte y guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Hoy te pedimos a ti Madre por nuestros hijos, nietos, familiares y amigos que estén en la difícil edad de la adolescencia.
Tu que desde la humildad recibiste del Altísimo la gracia de la fortaleza; capaz de soportar por tu Hijo, que una espada atravesara tu corazón y tu alma aquel día de calvario y Cruz; danos constancia firme para vivir cada prueba cerca de tu manto.
Mantén vivo en ellos tu amor y en nosotros fuerte la esperanza, para que nada consiga desviarlos del camino de la salvación, y que si se desvían como el hijo pródigo, retornen siempre a la casa del Padre, que con los brazos abiertos espera.
Llena con tu presencia maternal la dura soledad de los que sufrimos en la angustia y que preocupados como tú tantas veces nos preguntamos también:
Hijo, por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando.
Acoge con tu amor las súplicas por nuestros queridos jóvenes, abre sus corazones a la alegría del Espíritu e intercede ante el Padre para que les de la gracia del discernimiento, y la humildad necesarias para escuchar los consejos de quienes les quieren bien.
Tú Madre, que conservabas cuidadosamente todas las cosas en tu corazón: bendícelos y protégelos, y concédenos podamos ver a nuestros jóvenes como tú a tu Divino Niño, crecer con sabiduría, en estatura y en gracia.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén