ORACION A SAN HILARIO
A ti acudimos, San Hilario, llenos de confianza en tu intercesión.
Nuestras súplicas serán más agradables a Dios nuestro Señor, si tú, que tan amado eres de Él, se las presentas.
Tu caridad es el reflejo admirable de la de Dios, nos consuelas en toda miseria, en toda pena y nos socorres en nuestra necesidad espiritual, si ello es para provecho de nuestra alma.
Mira, nuestras miserias y penas, nuestros trabajos y cansancio, nuestros buenos deseos, y alcánzanos que cada día aseguremos más nuestra eterna salvación con la práctica de las buenas obras y la imitación de tus virtudes.
Amén.
SAN HILARIO
San Hilario nació en Cerdeña, (Italia) en el siglo V. Su personalidad y carisma comenzaron a ser patentes después de que el papa san León I, el Magno, con quien mantuvo siempre una entrañable amistad, le hiciera depositario de su confianza. Eso indica que muchas virtudes debió ver en el joven diácono para acogerlo de ese modo y que le enviase como legado suyo al concilio de Éfeso.
Era un momento extremadamente difícil y hasta peligroso, ya que se habían desencadenado graves desavenencias en el seno de la Iglesia que tenían como centro al monje hereje Eutiques. Era el impulsor de la herejía monofisista en la que se negaba la naturaleza humana de Cristo para reconocer únicamente su naturaleza divina.
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